LA
IMPORTANCIA DE LEER
En esta
sociedad tan "sobreestimulada" con Ipads, Ipods, programas chorras de
televisión y alguno que otro que vale la pena, videojuegos, videoconsolas de
todas las marcas (¿hay alguna maquinita de marca blanca?), ordenadores, móviles
que parecen una tienda de suvenir en los que puedes encontrar de todo;
wathsapp, facebook, twitter, mensajes de audio, de texto y multimedia,
internet, incluso alguna llamada, etc., ¿de verdad pensáis que los niños ven
atractivo leer? Pues por desgracia, no. Pero ni los niños ni los que han dejado
de serlo.
La lectura es
un hábito y como todos los hábitos se educa. ¿Cómo quieres que tu hijo lea si
no te ha visto nunca con un libro en la mano? Si queremos un futuro de personas
que tengan un nivel cultural razonable, que sean capaces de crear, de tener
ideas propias, de argumentar y persuadir, ser imaginativos y que tengan un
pensamiento PROPIO, fomentemos la lectura. Los adultos, tanto los padres como
los educadores, tenemos la obligación y responsabilidad de educar no solo en
valores sino en conductas sanas para los niños.
Este artículo
no es una guerra abierta contra la telebasura ni contra los avances
tecnológicos, sino un clamor hacia los beneficios de leer. Los videojuegos y
muchos de los entretenimientos audiovisuales fomentan la atención,
concentración y muchas otras habilidades y destrezas que favorecen diferentes
aspectos del desarrollo de los niños y adultos. Pero ninguno de ellos puede
suplir los beneficios de la lectura.
Las carencias
que pueden tener los niños que no tienen el hábito de leer se relacionan con
bajo nivel cultural, más dificultades escolares, menor velocidad lectora,
pobreza de vocabulario y menor creatividad, entre otras.
La lectura
forma parte de educar en valores. Leer puede ayudar a fomentar la imaginación,
la creatividad, la fantasía e incrementa la capacidad crítica, así como la
mejora de procesos cognitivos como concentración y atención, mejora la
comprensión de relaciones entre las cosas y la formación de conceptos. Algunos
libros ayudan al cambio de actitudes. Leer ayuda a soñar, a viajar, crear y
pensar, incluso reír, porque hay niños que mientras leen, se ríen a carcajadas.
La lectura
también está relacionada con la confianza, autoestima y seguridad. Las personas
con un bagaje cultural son capaces de participar en conversaciones de todo
tipo, se sienten con argumentos y formación suficientes para opinar. La cultura
que aporta la lectura hace que te sientas más seguro a la hora de expresar
opiniones en grupo, ya que el lector puede fundamentar y contrastar información
sobre un determinado tema o problemática. Así que no solo aporta seguridad,
sino que mejora tus relaciones personales y sociales. Y esto es una fuente de
bienestar y felicidad.
El debate no
está en si es mejor regalar libros o videojuegos, porque cumplen funciones
diferentes. No podemos permitir que los videojuegos suplanten a la lectura o a
las relaciones sociales. Cada actividad debe ocupar su lugar en el espacio de
ocio de un niño o adolescente. Los videojuegos pueden ayudar a introducirte en
la informática, a estar al día en las nuevas tecnologías, pero algún tipo de
videojuegos puede fomentar la competitividad, la rivalidad y comportamientos
agresivos. El atractivo audiovisual de los videojuegos (música, colores, etc.)
compite con el esfuerzo que para algunos niños supone coger un libro y empezar
a leerlo. Podemos aprovechar el interés de algunos videojuegos y películas para
introducir al niño en la lectura.
Existen
libros para cualquier edad. Si el niño no sabe leer, siempre hay cuentos con
los que empezar a familiarizarse. Libros que tienen diferentes texturas,
sonidos, colores y dibujos. El niño empieza a comprobar que el cuento es una
fuente de información. Es de vital importancia el papel que juegan los padres,
maestros y gente allegada en el fomento de la lectura, no solo como modelos
sino como estimuladores de la lectura.
Para fomentar
la lectura es mejor que el niño empiece a leer aquello que le gusta, siempre y
cuando sea adecuado para su edad. Todos los libros, cómics y cuentos pueden
aportar aspectos positivos, aunque existen libros que estimulan más la
creatividad, la imaginación y el pensamiento crítico. Existe un libro muy
atractivo para los niños que permite que el lector vaya eligiendo y decidiendo
la trama y el desenlace a través de las opciones que te ofrece el final de cada
capítulo. No hay que obligar al niño a leer un tipo de lectura determinado,
sino dejar que él intervenga y decida. Es muy positivo que el libro te haga
pensar.
CONSEJOS PARA "ENGANCHAR" A
LOS NIÑOS A LA LECTURA:
Habla de la
lectura en términos positivos. Exprésate con frases como "me acabo de leer
un libro que me ha tenido entretenidísimo", "cuando leo siento una
paz interior increíble"... Y verbaliza todo esto con tus hijos.
Háblales de
los libros que lees, de sus historias, personajes, de la intriga, el amor...
despiértales el gusanillo.
Igual que los
llevas de compras cuando vas a por ropa o al súper, llévalos a ver librerías.
Hay secciones, incluso librerías de niños, que son paraísos de lectura. Hay
libros con ilustraciones preciosas, las tapas, los títulos sugerentes, el olor
de las librerías, el colorido. Déjales que se entretengan viéndolos,
tocándolos, abriendo, leyendo las contras, deja que elijan el suyo. Las
librerías son lugares maravillosos para perderse. Siempre he pensado que una
buena librería debería ofrecerte un café al entrar y dejar que te sumerjas en
ese mundo tan especial. Seguro que la gente se llevaría más libros y volvería
más a menudo.
Lee con ellos
por las noches. Hay libros de adultos que tratan de valores, ideas que se
pueden leer en familia. Yo leí El mundo amarillo de Albert Espinosa por las
noches con mis hijos. Cada noche leíamos un capítulo en alto, y a pesar de las
partes duras del libro, creo que fue una experiencia maravillosa con ellos, les
hizo ver el mundo desde otra perspectiva. Gracias Anita por regalármelo (Ana es
la megacrack del maquillaje en el programa de Para Todos la 2, en TVE. Consigue
que cada semana salga sin ojeras, gracias guapa).
Incúlcales el
hábito de leer antes de acostarse, aunque sean quince minutos. Pregúntales de
qué va el libro, que lo relacionen con su vida, con otras historias, etc.
Y sobre todo,
haz tú el esfuerzo por leer... y que te vean con las manos en la masa. Fomentar
el hábito está bien, pero predicar con el ejemplo, mejor. No podemos esperar
que un niño lea si no ve a sus padres leer o si no recibe estimulación por
parte de ellos; si no les contamos cuentos, si no les presentamos la lectura,
los libros y los cuentos como algo fantástico, curioso y atractivo. Debería
mantenerse el rol de cuentacuentos tradicional, como lo han hecho multitud de
abuelos. Tenemos que olvidar la lectura como una actividad meramente escolar.
No hay nada
más triste que entrar en una casa y no ver un libro, a mí esas casas me
deprimen. Es de las primeras cosas en las que me fijo cuando me invitan a una
casa, enseguida empiezo a buscar los libros y si hay confianza, los toco, los
miro, leo el lomo. Me encanta.